Así me tienen casi todos los días en la clínica con el fin de ir recuperándome de los golpes que me llevé de premio con el accidente de tráfico el pasado diciembre. Lo cierto es que son las rodillas lo que más me preocupa y hoy las he puesto a prueba. Me he subido el Puig Campana, trotandico, pero tranquilico y sin peso. Hasta la cima bien. Lo malo ha sido en el descenso. Cualquier resbalón me hacía ver las estrellas y poco a poco, a medida que iba bajando, se me iban cargando y doliendo cada vez más. Me he encontrado con Carolina y Pepe, amigos de Morarira. Juntos hemos llegado caminando a los coches. Conclusión: tengo que fortalecer las rodillas a base de entrenamiento por que si esto no mejora en unos días estoy jodido para hacer la Mitja de Santa Pola.
jueves, 6 de enero de 2011
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