No, no son los pies de un "mutante", estos son mis pies aunque no lo parezca. Este verano estando en la piscina pisé entre el césped una avispa, con tan mala fortuna que me picó en la planta del pié izquierdo. Después de varias horas y de que aquello se inflaba cada vez más acudí al centro de salud. Me metieron un geringuillazo para aliviar la reacción negativa que me dejaron "baldao", hasta incluso el punto de casi perder el conocimiento, puffff... que dolor. Moraleja en las piscinas ir con chanclas.
viernes, 4 de noviembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario